El Teide

24.10.17


Nunca pensé que sería capaz de llegar al pico del Teide...

Como dije en el anterior post, todo en este viaje se trató del destino. Para visitar el Teide si no tienes transporte propio solo tienes la alternativa de coger una guagua que sale a las 9 de la mañana y otra de vuelta que sale a las 16:00 de la tarde. Solo tienes una oportunidad para ir y otra para volver, no hay más.
La noche anterior decidimos salir a tomar algo y dar una vuelta. En un sitio donde probamos unos mojitos de sandía interesantes conocimos a dos malagueños majisimos que casualmente al día siguiente iban a visitar el Teide con coche alquilado, básicamente nos salvaron la vida y el destino nos lo puso en bandeja.

Yo de pequeño ya había visitado el Teide, pero no había accedido al pico, simplemente estuve visitando los dos miradores que hay después de subir en el teleférico. Esta vez mi amiga Tamy estuvo investigando y meses antes descubrió que había que pedir un permiso para acceder al pico, el cual pedimos y llevamos, recalco que hay que pedirlo con meses de antelación.
En el viaje en general tuve muchas señales relacionadas con mi número de la suerte y esta fué una de ellas, según nos dieron los tickets para el teleférico me di cuenta de que en ellas figuraba "Cabina 25", ahí estaba otra vez.

Al principio de empezar a subir pensábamos que sería un camino fácil, pero la verdad es que se puso más complicado según íbamos subiendo. Para mi fué toda una experiencia de superación y confianza en uno mismo, si quieres, confias en ti mismo y pones empeño puedes hacerlo. En seguida mi mente hizo un simil con la vida misma.
La vida es un camino, a veces llano y a veces muy empinado, en el que tienes que seguir avanzando, superando y disfrutando de las vistas y de todos los momentos.


Con ese pensamiento en la cabeza que compartimos entre nosotros y la visión de la inmensidad no pudimos evitar soltar alguna que otra lagrimilla de emoción. Compartimos grandes momentos en el ascenso, nos dimos ánimos, nos ayudamos a subir pedruscos, nos agarramos para evitar desequilibrios y juntos conseguimos llegar a la cima.


Ya han pasado 16 años que nos conocemos y creo que no hay una descripción mejor para nuestra amistad que esa gran ascensión al Teide. Amiga, hermana, gracias de corazón y de alma por ser mi acompañante y por permitirme ser yo el tuyo en esta aventura llamada vida.

Después de aquella maravillosa mañana en la que juntos fuimos capaces de subir al pico del Teide, nos acercamos a la playa del acantilado de los Gigantes para reponer fuerzas comiendo algo, ver el atardecer y así terminar un día más en el paraíso de las palmeras.


P.D: Si os atrevéis a visitar el pico del Teide, recordar reservar con meses de antelación en esta web (X), comprar los tickets del teleférico en esta otra (X), ir bien abrigados (no como nosotros ;P) y llevar provisiones como agua o barritas energéticas.

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